La Vida de un Guerrero es ardua. Tienes mil años, y ya es tiempo de descansar. Deja las armas, siéntate junto a tu hermano del Camino. Uno al lado del otro, contemplad el Sol ponerse en el silencioso desierto.
De seguro extrañarás el mundo, tus amores, tus batallas. Más no te aflijas. Regresarás.